¿Ser la flauta o ser el viento?


Al estar identificados con el vehículo “cuerpo-sensación-mente-emociones-sentimientos”, es como el conductor que cree ser su auto. Si el auto sufre un choque, el motor se daña o el neumático se desinfla, sería como creer que a mí, la dueña del auto, me ha sucedido algo.

Cuando se trabaja en función de armonizar el cuerpo y se sigue identificado con él, se cree que soy el cuerpo y que si este está armónico, yo estoy armónica. Y supongo que si el cuerpo muere, yo muero.

Cuando se trabaja organizando pensamientos, ideas y conocimientos para que sean atinados, se ordena la mente. Y si me creo el cuento, la mentalidad generada define mi persona. Por ejemplo: soy sabia, soy ignorante.

En este mismo sentido, cuando se trabaja armonizando las emociones es la misma cuestión. Ecuanimidad emocional implicaría que soy alguien estable, pacífica y amorosa.

Los trabajos que ordenan el instrumento están dedicados a transformar las experiencias y a saber usar el instrumento frente a las contingencias del devenir. Al final, sostenidos en la identidad (creyendo ser cuerpo, mente y emociones), nos medimos en función de las experiencias que presenciamos. Si la experiencia es gloriosa nos sentimos bien y si es inestable nos sentimos mal. En este caso de nuevo hay una identificación con la sensación. Tal como sea la sensación, así me defino, y por eso trabajo afanosamente en recomponer el vehículo de expresión “cuerpo, mente y emociones”, para que las experiencias sean jubilosas. Porque si el vehículo falla, yo fallo.

El conocimiento de Si mismo real, en cambio, se refiere a darse cuenta de qué es lo que se da cuenta de las experiencias. ¿Es el cuerpo? ¿Es la mente? ¿Es la emoción? O es la conciencia.

Cuando la atención se vuelca en ella misma, se evidencia que lo que se da cuenta es lo que siempre es, en cambio las sensaciones, experiencias y objetos, son cambiantes, im-permanentes, van y vienen.

Recientemente recibí una invitación a mirar unos videos de un instructor que da algunas recomendaciones para la meditación. El invita a volverse vacío, a hacerse hueco como una flauta de bambú a través de la cual pasa el viento, un instrumento que es vacío y deja el aire fluir… Esta es una bella indicación, pero si no se reconoce en uno mismo y como uno mismo que no se es el instrumento hueco, sino la esencia que lo mueve, no hay realización. Hay otro ejemplo muy mencionado, que es el de no considerarse el hacedor de las acciones… Del mismo modo, si se sigue creyendo ser el cuerpo, el individuo, el instrumento, se asume que este está a merced de un poder superior que lo mueve a él y a las situaciones. Yo movida por un poder superior. Vaya, esto es una desviación de la comprensión.

Lo que Soy es el viento, lo que Soy es el poder que todo lo mueve, ni la flauta ni el “no hacedor”. Ser Conciencia Felicidad es un buen grupo de conceptos que define lo que Soy como la esencia del existir que es consciente de su movimiento dichoso.

Maria Luisa

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