Vivir la “enseñanza”



Hola Maria Luisa, 
Buscando videos q hablan del advaita encontré sus videos. Hace algún tiempo estoy leyendo algunos libros relacionados con el tema Advaita, y me identifiqué mucho con esa clase de enseñanza, pero tengo problemas en olvidar los errores que cometo durante el día, una palabra mal dicha o una reacción, entonces tengo dificultad de comprender esa parte del conocimiento advaita, puesto q me parece ser algo muy pasivo. Cuando las cosas van bien es fácil pero cuando las cosas van mal me pierdo y no se como conectarme con esa realidad. No se si fui claro con mis explicaciones, quedaré muy agradecido si puedes ayudarme.
abrazo
 
Cuando se comienza a ver la enseñanza advaita con inteligencia, es muy natural que resuene y uno se identifique. Lo primero que hacemos es notar racionalmente que tiene mucho sentido. Entendemos y aceptamos la lógica de la enseñanza.
Cuando escuchamos sobre esto, suponemos que hay un estado perfecto. Esto nos atrae, lo deseamos. Pero aquí hay dos problemas. Primero, que solo conocemos “estados”, es decir, todo lo transitorio. Los estados son transitorios, cambian y no permanecen, por lo tanto, ningún estado es en si mismo la realidad. El segundo problema es que tenemos una idea preconcebida de la perfección. Suponemos que perfecto es no sentir tensiones, dolor, complicaciones… idealizamos la perfección como si fuera no sentir… Fíjate en esto: no sentir tensión es relajación, no sentir dudas es tranquilidad, no sentir miedo es seguridad… no sentir dolor es bienestar… etc etc etc. Entonces, es como si quisiéramos borrar todos los movimientos de la vida… las emociones, pero… no somos máquinas, somos vida. Por esto es que cuando las cosas van bien, hay tranquilidad y plenitud, y lo relacionamos con la realidad que hemos ideado y pensamos: “aquí estoy conectado”.
La plenitud o benevolencia que se menciona acerca de la Realidad de Ser no se refiere a sentir algo… como cuando sentimos relax, paz, tranquilidad, satisfacción. Se refiere a un reconocimiento de Ser que brilla por si mismo como benevolencia, beatitud, plenitud. No es algo del mundo manifestado, no es algo que resulta de algún estado. Solo es la cualidad natural del Ser y saber “Soy”. Un saber que no necesita ser mencionado ni pensado para saberse.
Decir que se quiere “conectarse con esto” no es muy acertado, porque Esto es lo que somos. No es cuestión de conectarme con lo que soy, porque eso soy, ya lo soy… Se trata de reconocer más bien lo que “no” soy. De ese modo no me engaño. No soy nada que se mueva… Esto puede verse de dos modos que son lo mismo: 1. Lo que soy no se mueve. 2. Lo que soy es TODO lo que se mueve (sin dejar nada fuera). Por tanto, todos los movimientos relacionados con la identidad, los complejos, las dudas, los méritos, la satisfacción por los logros, las molestias por los errores, son cosas de la exigencia mental por la excelencia… son cosas que buscan lograr un ego perfecto, un reflejo perfecto. Esta es la raíz de la moral que pretende generar personas funcionales, eficientes, que sean un aporte para la sociedad tal como se ha concebido.
Ahora mi recomendación es la siguiente.
Cuando notes los reproches por algo que llamas error, solo nota como estos se presentan ante ti: la presenciación pura que no se mueve y que eres… Nota cómo el pensamiento va poniendo etiquetas, categorías según algún patrón o esquema ideado. Solo eso…. Observa todo ello SIN JUICIO… entonces lo Real está brillando sin la interferencia de la sombra (el ego)… y solo se está presentando en la pantalla consciente un aspecto del film de la vida… un recuadro temporal que así como llegó se irá… 

Comentarios

LILIANA POSSO L. ha dicho que…
Maria Luisa. tengo una inquietud..
hablame de la impermanencia, de la vacuidad y de indagar y voltear lo que atraviesa mi mente.

gracias

liliana posso
Maria Luisa ha dicho que…
Querida Liliana. Impermanente es todo lo que puedas conocer. Permanente eres tu, que conoces. Al ver lo que atraviesa tu pantalla consciente, que llamas mente, esas cosas que ves son lo impermanente. Voltearte significa reconocer tu propia permanencia, como Eso que ve. Un abrazo