Hay un enfoque tradicional que
establece que la felicidad se encuentra al sumergirse en samadhi, en cambio hay
otro enfoque que propone ir deshaciéndose de las identificaciones del individuo
y de ese modo descubrir la naturaleza esencial.
Visto desde la identidad, el río
de la vida tiene dos orillas: sufrimiento y gozo; no se puede tener una sin
tener la otra. Ver lo agradable y desear es natural.
Preguntar desde dónde nace el
deseo carece de sentido; toda fuente del deseo viene de la mente, nace en la
mente y termina con la mente, es
dimensionada por ella. La mente es la que clasifica las prioridades y determina
las urgencias cuando tienen que ser resueltos los problemas.
Al enfocarnos en el movimiento de
la mente encontramos una sucesión de pensamientos, o como variante, encontramos
percepciones de la imaginación o de los
recuerdos, y así sucesivamente; no podemos detectar un proceso simple, más bien
vemos que en cada momento registramos una variedad de actividades que se
presentan ante la pantalla de la conciencia de distintas maneras: sentimientos,
pensamientos, recuerdos, imaginaciones diversas, los cuales son procesados en
base a la estructura establecida y memorizada. Aunque la mente se muestre como
una diversidad cambiante, de todos modos se puede detectar una coherencia y
consistencia que responde a la estructura fijada por el carácter o que ha sido
educada por la personalidad adquirida.
Ahora, ¿cómo salir de esa
estructura rígida y cristalizada?
Se proponen muchas prácticas, así
como proponen seguir a alguien que ya no se mueva en la vida por la estructura
fija. Seguir prácticas es engañoso ya que no da la certeza de estar en la
senda. Esto es fácil de detectar por el simple hecho de que la Realidad no está
afecta a métodos, sin embargo el trabajo engañoso de alimentar a la mente es
múltiple y está saturado de conceptos que sumergen al seguidor en la falsa
creencia de que está entendiendo, cuando lo único que tiene es saber el nombre
o el vocablo de un proceso.
¿Qué hay de malo en buscar
placer? ¿Qué problema tiene el ir detrás de lo agradable? ¿Qué determina qué es placer o qué es lo
agradable? Es la mente, la cual está estructurada para discriminar lo
conveniente de lo inconveniente, estableciendo códigos de búsqueda los cuales
están determinados por nuestra identidad, que como expresión de la mente, como
conciencia centralizada, es lo que llamamos “yo”.
La búsqueda del placer no es del
placer en si, sino de lo que ha establecido la mente como placer o como
conveniente, esa es la búsqueda, que se convierte en “el tesoro al final del
arco iris”. De igual modo, ir detrás de lo agradable implica que han aparecido
pensamientos y los pensamientos siempre son sobre cosas.
Para conocer la Realidad no se
requieren pensamientos. Cualquier cosa que piense, no existe realmente. Llegar
a la experiencia misma de lo esencial se sostiene en el reconocimiento de una
Realidad que es tanto relativa como absoluta, siempre existente y jamás
alterada - la llamo relativa cuando apunto a la mirada de lo absoluto desde la
Mente-.
Al abrir un espacio en la mente
hacia el firmamento de la conciencia,
comprendes que el mundo que creías construido se ha formado ante tus ojos
abiertos ante la luz. Basta un instante de vislumbre cruzando el aire en el
presente activo para ya no detenerse jamás. Abrirnos a la comprensión total y
completa es un despertar, después de Eso no se requiere nada más.
La naturaleza esencial es
originalmente pura, se reconoce que todas las cosas llegan de la naturaleza
esencial, no vienen del tiempo ni del espacio, están ahí, desde siempre, como
una pura observación sin juicio. R.Malak
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