La mente es una función consciente que nos muestra información - partiendo de la certeza del conocimiento
que nos dan los sentidos – y tiende hacia el desarrollo de conceptos de un
mayor o menor grado de universalidad mediante la racionalidad. Por ejemplo se
considera que todo está formado por opuestos que siempre están en tensión como
fuerzas contrarias.
Intentar elaborar un modo que permita eliminar el sentido y sensación de
la aparente realidad diferenciada es el trabajo de los apuntadores. Para ello
se precisa mencionar que la racionalidad funciona en estrecho contacto con la
cualidad de presenciador que tiende a identificarse con el cuerpo, con la mente
y la emoción, o sea, con el yo empírico, y esto es necesario reconocerlo,
considerando la tensión que se genera entre el sujeto observador y el objeto
observado, en la aparente diferenciación que surge junto con este yo empírico.
El si mismo, como expresión de lo real, presencia libremente, pero se
muestra como si estuviera atrapado cuando la conciencia se centraliza
reflejándose en el cuerpo manifestado con la cualidad de maya, o sea, si mismo moviéndose en la diversidad. Lo real, por
impulso de lo esencial, se manifiesta en este acto consciente como múltiples
expresiones de compleja naturaleza, y aunque se pueda describir e interpretar
de modos diversos, esencialmente es una Realidad no-diferenciada que
simultáneamente es tanto el conocedor de toda la información potencialmente
existente, como lo conocido manifestado, y su modo de expresión es la conciencia.
Esta cualidad consciente se muestra claramente cuando nos vamos a
dormir. Se desconecta la funcionalidad racional de la mente y en esos momentos se presenta el sueño
profundo, habiendo ausencia del sentido de yo o ego. Y al despertar a la
vigilia aparece nuevamente la diferenciación manejada por la mente que no
existe en ese estado de sueño profundo.
Planteamos, al igual que la tradición, que lo real es la conciencia no
dual, expresión de Ser (Sat Chit Ananda) aunque la mayoría de los instantes que
se reconocen aparecen como una constante diferenciación, o sea, movimiento de
la mente, de la dualidad.
Cuando comprendemos que esta diferenciación es una cualidad del intelecto, la
racionalidad, la mente y la misma funcionalidad de la conciencia, en ese momento
se muestra que los extremos se unen, entendiendo que concebirlos como separados
es una necesidad teórica que es propia de la misma expresión de la conciencia,
pues al mirarse a través de la mente presenta extremos diferenciados aunque no
separados dando lugar a la diversidad. La conciencia pura - no su expresión
diferenciada - no es posible dividirla en partes, su expresión no está ubicada
en ningún lugar, es el centro de todo, es el si mismo, no hay otra verdad, y la
mente y el cuerpo son solo expresiones de ella, solo reflejos. Acostumbrados a
pensar en términos de espacio o tiempo nos vemos en la dificultad de entender
Eso que contiene todo y que las partes, las cosas y todo aquello que es
apreciado como distinto, solo son expresiones fenoménicas, como reflejos del
movimiento en la conciencia. R.Malak
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