MEDITACIÓN COMO DISCIPLINA


El otro día un amigo me preguntó: ¿Maria Luisa, tú meditas? Le contesté que la meditación es nuestro estado natural.  En realidad en meditación se muestra que no hay alguien meditando… sólo hay meditación, conciencia. Esta mañana recibí una invitación por facebook a un evento para la práctica de la meditación, veo que es una opción que poco a poco se va mostrando a más y más personas. Se ofrece en primera instancia como algo muy beneficioso para librarse de las tensiones que proporciona lo cotidiano: los miedos, las dudas, la incertidumbre e inseguridad. Algunos lo entienden como ir a un spa de fin de semana que les permitirá limpiar los poros de toda su expresión (cuerpo, mente y emociones). Como práctica constante de vida, diría que la meditación es la práctica por excelencia del que vive en el mundo sin pertenecerle, cuando se evidencia como la condición más natural, libre de todo esfuerzo y simple. Al comenzar el acceso a esta instrucción, el individuo, desde una mirada centralizada en su persona, espera armarse de un poder que le ayude para lograr sus metas. Las personas buscan en varias direcciones, por lo general sin saber inicialmente cuál es su punto de partida. Ponen su mirada en ideales, esperanzas, metas a largo plazo o a corto plazo. Las metas de cada cual son muy variables, van desde el logro profesional hasta la realización de lo real, desde asuntos del mundo y las relaciones personales hasta cuestiones de la profundidad de comprensión.
Me fui a extraer algunos párrafos de un largo capítulo dedicado al tema en el libro Resplandor No-dual, tal como nos lo expone R.Malak..

Para los que les gustan las definiciones, se puede decir que la meditación es la comprensión de sí mismo, es despertar y escuchar a lo Divino pasivamente y en recogimiento. Allí pedimos a lo sagrado con recogimiento, y si no nos da, sabremos que es lo mejor, que aún nos falta preparación. La comunicación está abierta en un umbral que no es posible imaginar ni especularse, el yo comienza a cesar y quedamos atentos a escuchar. 3.1

Para conocer qué es la meditación es preciso tener claro qué es la conciencia. Conciencia es darse cuenta. La conciencia funciona como una corriente y no como serie separada de segmentos. Es una sola, continua, homogénea y sin interrupciones, conteniendo todo aquello que pueda ser observado. La mayor o menor inmediatez en el acceso a estos contenidos, produce la impresión de que hay niveles o capas. En este sentido se considera que la conciencia está compuesta de capas superficiales y capas profundas. Los estudiosos han establecido distintos nombres para estos niveles, como lo consciente y lo inconsciente (subconsciente).

Conciencia es el trasfondo permanente donde todos los contenidos objetivos y conceptuales se mueven como un río. Ante la primera objetivación consciente, la definición del yo como entidad identificada con un cuerpo, un modo de ser y de pensar, la conciencia se centraliza y de ese modo se da cuenta de la persona y el mundo que la rodea. Por tanto, se considera en una primera instancia que conciencia es el saber que tenemos de nosotros mismos y de nuestro alrededor. Se detecta a través del cuerpo, la mente y la emoción, a través de sensaciones, pensamientos y sentimientos. De la conciencia centralizada, o de la individualidad, se deriva la mente (entendiendo a esta como la función que ordena todos los contenidos o pensamientos), y se le reconoce porque se mueve entre el pasado y el futuro, nunca en el presente.

En la centralización estamos solamente conscientes de cosas que están terminadas o que imaginamos o proyectamos. La conciencia centralizada, al atender exclusivamente a estos ordenamientos mentales que buscan sentido racional y lógico, basándose como referencia en la identidad personal, funciona como un péndulo que oscila hacia atrás y hacia adelante en el pasado y el futuro. En esta limitación de la atención, el pensar está condicionado por los aprendizajes y acumulación de experiencias que generalmente se mantienen en forma subconsciente, por el pasado, que se proyecta al futuro, conformado por los pensamientos acerca de la búsqueda de logros. Al momento que admitimos el pasado debemos admitir el futuro, porque uno depende del otro, produciendo una linealidad en un tiempo mental, que siempre ocurre en la conciencia presente. 3.2

En la senda se propone la meditación, en un inicio, como un modo que apunta a reconocer primero la realidad de lo que somos y lo que es el mundo, para entonces recogerse y disponerse a escuchar o tomar conciencia de lo Divino, lo esencial. Meditamos porque vivimos en un mundo de lucha, en permanentes conflictos, estamos constantemente expuestos a fuerzas que se mueven y provocan odio, envidia, miedo, sufrimiento, ignorancia y preocupación. Meditamos porque el mundo está cada vez más competitivo y deshumanizado de modo que solo nos entrega pequeños minutos de sucedáneos de paz a través de entretenciones, a cambio de muchas horas que nos dan conflictos y preocupaciones. No meditamos para escapar del mundo, no es una actividad que nos encierra y nos aísla, es para buscar comprensión del mundo y su forma de comportarse, ya que de este modo descubriremos como todo este bullicio son proyecciones generadas a partir de las limitaciones y divisiones producto de la mente.

La meditación de la mañana, aunque sea por unos pocos minutos, nos entrega armonía para todo el día. A través de la meditación obtenemos instantes de paz y armonía, ya sea por 5 o 15 minutos, que nos permitirán cargarnos de energía fortaleciendo nuestro cuerpo, nuestra mente y las emociones. Con la meditación provocamos un desenvolvimiento y podemos escuchar a lo Divino, transformándonos en lo que somos, lo inmortal en el mundo interno de lo Divino. Con la meditación, recogemos lo que nos pertenece por derecho: paz, luz y deleite. Necesitamos llenarnos de ese alimento espiritual, de la luz, así como necesitamos conocer la estructura de la vida cotidiana, con su competencia y su codicia, ambición y búsqueda de poder, y se justifica cada vez más acceder al nivel de la meditación, provocado por el instante de silencio de la mente permitiendo que la conciencia se abra a lo más alto en paz, luz y deleite. 3.3 (Resplandor No-dual. Meditación, Capítulo 3)

Cada día se abren más modos para ayudar a las personas, tales como coaching, PNL, Psicología en sus variados enfoques, asesoría filosófica, terapias alternativas, maestros espirituales, prácticas devocionales, entre otros, a lo que incluyo la meditación, como efectivo modo para reconocer dónde estamos ubicados, escuchar desde lo que nos dice la sabiduría que surge de si mismo y asumir una comprensión certera que nos despeja la vía en pos de seguir la ruta que va marcando la vida misma.

Maria Luisa

Comentarios

Goyo ha dicho que…
Un tema muy interesante y muy dado a la polémica por la carga psicológica y valor que cada cual le ha dado a esa misteriosa palabra.
Normalmente las personas cuando nos queremos acercar a la meditación preguntamos ¿cómo se medita?, y pocos nos hacemos la pregunta ¿qué es la meditación?, pues su contestación sería meditar en sí mismo.
Si tenemos en cuenta que la meditación está muy relacionada con la observación y la atención parece lógico pensar que la meditación no puede ser algo fuera de nuestra vida cotidiana, pues de lo contrario sería una actividad fragmentada más en contraposición o comparación a las otras actividades… entonces meditar sería otra forma más de conflicto.
Vivir meditando sería algo así como vivir en un estado de suma sensibilidad y belleza.
Gracias María Luisa por esa aportación tuya tan clara, aunque respecto del texto de R.Malak habría mucho que comentar.
Un abrazo, corazón.
Maria Luisa ha dicho que…
Hola Goyo, gracias por tu comentario. Te invito a inscribirte en este foro:
http://concienciaesencial.lefora.com/
colgaré allí esta misma entrada, pues me parece maravilloso que se pueda abrir a una investigación, con comentarios, dudas, y las comprensiones que tengamos acerca de la meditación. Los blogs no son tan buen espacio para establecer buenas conversaciones. Un abrazo!