SIN RENDICIÓN


Nace el deseo de ser
como un fulgor consciente,
que bajo el influjo de una fuerza
que emana del corazón,
va construyendo en adobe
los palacios del pensamiento.

Si un terremoto de dudas
retumbara con fuerza,
¿dónde quedaría la estructura
de lo que creo que es cierto?

Navegar por la vida
como viajes de un errante,
respirando los aromas de cada instante,
hace escombros del tiempo pasado,
y solo sigue la ruta
del iluminado camino sin meta.

No hay finales donde no hay comienzos
y el ahora eterno nunca ha amanecido.

Es verdad lo que sostienes e incierto lo desconocido,
¿quién estará ahí para darte las respuestas?

Vivimos, respirando cada hora
sin conciencia del aire,
revisando como quien mira las cuentas
en una antigua máquina registradora,
si todo está en su lugar.

No, nunca está en su lugar cuando hay expectativas,
siempre hay algo que alcanzar.
La contabilidad mental se ocupa muy bien de mostrar
las fallas y carencias,
el posible perfeccionamiento del hacer,
de los ideales, de cada relación
con la otra persona que me importa,
ya sea por cariño o por conveniencia.

Sin ser capaz de asumir la rendición
se sigue en una batalla de construir y desbaratar las ideas,
para que se acomoden
a alguna esquematizada concepción
que una vez se asumió como perfecta,
y es posible que ni siquiera se sepa
de dónde surgió esa semilla.

Pero la fuerza de la vida no cesa,
inafectada por todo el cuento que me cuento,
una fuerza de luz que alumbra
y a la vez juega a las escondidas,
dejando espacios oscuros para futuros descubrimientos.

Maria Luisa

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