CIENCIA Y REALIZACIÓN. Apuntes.



Ayer vi una película acerca de la vida de Albert Einstein. Se la recomiendo al que guste de las biografías o de la genialidad y brillantez del intelecto agudo. Se llama “Einstein”, dirigida por Liliana Cavani, 2008. Me gustó mucho, entre otras cosas, porque aparte de lo informativa, información que en verdad no he comprobado si es genuina, presenta el aspecto humano y las complicaciones emocionales de un personaje del cual lo que conocía eran algunos de sus frutos y no la cocina donde estos fueron guisados, o sea, su vida íntima.

Ser es conciencia felicidad, sat chit ananda dicen los Vedas.
Einstein planteó y demostró que la luz es materia y la materia es luz y que el tiempo es relativo al observador. Planteó y demostró además que la luz no viaja en línea recta, como así tampoco el tiempo es lineal. Son relativos, relativos al que observa.

Sin conciencia no sería posible ninguna observación, y tampoco un observador.
La tradición no dual u ontología de la no dualidad dice que el observador y lo observado no son dos. Y plantea que esto es verificado cuando la mente diferenciadora regresa a su fuente, la conciencia esencial, y el sentido egoico de ser entidad separada desaparece. Esta verificación vivencial es llamada despertar, iluminación y, cuando es asumida por completo, se llama realización.

No es cuestión de describir o dar nombre a lo esencial y tampoco es comprenderlo intelectualmente, sino darse cuenta de lo que uno es más allá de cualquier límite, y serlo sin trabas. Un “ver” sin limitaciones, lo que permite una comprensión inteligente pero no necesariamente inteligible (es decir, conceptualizable o demostrable vía razonamiento). Ser sin añadidos, sin velos, sin estructuras, muestra un asombroso aspecto absoluto al que la racionalidad, siempre relativa, no llega.

No planteo ni creador ni creación, ni palabra ni silencio, ni causa ni efecto, ni espacio ni tiempo y tampoco pensamientos. El ojo se ha abierto reposando en los sueños, mientras continente y contenido expresan lo indescriptible de modo no dual y las aguas pacíficas corren como siempre hacia el mar interior, volviendo la mirada suave y profunda. R.Malak.

En la física cuántica se ha descubierto que las partículas se comportan en forma distinta según cómo, cuándo y desde dónde se las observa. Se plantean las mismas leyes tanto para lo micro como para lo macro, tanto para los átomos como para las galaxias. Y aún queda tanto por descifrar y comprender.

En el sentido espiritual de la vivencia mística, se reporta que la desaparición del sentido separado de un yo individual, y la comprensión o darse cuenta de la existencia ilimitada, van de la mano y se muestran en forma simultánea.

Llamar conciencia al ser no es suficiente a este respecto, cuando conciencia es supuesta como un saber que soy y saber que existo y saber que existo en un mundo y saber que las cosas existen, porque esa comprensión del concepto conciencia no demuestra que soy lo absoluto, no nacido, sin cambio y sin forma. Por otro lado, la vivencia de realización evidencia por sí misma que todo lo material (e incluso lo inmaterial como los pensamientos o las emociones o las sensaciones,) repentinamente puede ser visto como luz, y la luz como materia.

Ser es a la vez inefable e indescriptible por medio de palabras o símbolos. Indudable sí, lo único seguro al 100% es que soy. ¿Pero qué? Esa es la cuestión a investigar.

La mente, nublada por los conceptos y vocablos, teje sin fin el velo de ilusión mientras la semilla de la vida espiritual crece en silencio. El sol de lo real está siempre allí, no obstante la prisión parece ganar al esfuerzo. Se sabe que aparece como un proceso, mas la ignorancia obtusamente complica la inteligencia. Hay acción, no hacedor y observando silenciosamente, la indagación permanente muestra la felicidad como armonía y bondad. R.Malak

En realización hay darse cuenta de que soy antes de toda materia y que la luz no es sino la presencia misma de eso que soy, que a su vez se manifiesta como constatación de la propia existencia, bajo la forma de cosmos o universo, como infinitas expresiones y como sujeto incluso. De aquí se deriva que existen los objetos, cuya materialidad se hace posible gracias a la conciencia de ellos, gracias a la luz misma. Reflexionar esto con base cierta se hace posible cuando ha sido “revelado”, entendiendo “revelación” como lo que sucede cuando se revelan las imágenes de un celuloide que permanecen ocultas hasta que se sacan a la luz por medio de cierta solución química. La revelación de la realidad de ser se muestra igualmente cuando por un suceso que graciosamente podría llamar alquímico, la ola de la individualidad se disuelve en el océano de la realidad y la luz consciente de la atención clara y prístina se muestra por si misma como la auto-evidencia de Ser, no siendo algo, ni siquiera movimiento.

La unión con la naturaleza es total en la comprensión del que vive en realización, ya que está vuelto hacia lo esencial. Esto es como la luz del día, cuando el sol brilla, la luz de la vela apenas se ve. La persona cotidiana no es consciente de su realidad esencial, es consciente de sus sensaciones, sentimientos y pensamientos. Estar en la realización del sí mismo es similar a tener un agujero en el papel de la mente; la mente como un papel filtrando la luz de lo esencial. La realidad de la conciencia esencial se escurre por la abertura de la mente, a través de ella inunda de luz, cada vez más y más sin poder impedir que ello ocurra. (R.Malak. Resplandor No-dual. 14.13)

Hasta donde comprendo, la ciencia, todas las ciencias, por vías generales requieren plantear primero hipótesis, luego teorías y finalmente verificación por medio de la experimentación. Ver para creer. La investigación de lo que soy realmente sucede del mismo modo. Primero se plantea una idea como si fuera una hipótesis: por ejemplo los hindúes dicen: Soy Parabrahman como ser absoluto, o también dicen: ser es conciencia y felicidad. Esa afirmación equivale a la hipótesis conceptual que también se puede llamar planteamiento ontológico (ontológico = estudios que tratan del ser en general y de sus propiedades trascendentales). Luego viene la teoría, la que en este caso podemos ver bajo la forma de enseñanza o doctrina. Y a continuación, se busca la verificación en base a la experiencia (poner en práctica). Y eso es lo que propone, por ejemplo, el procedimiento llamado Atma Vichara: investigación en la conciencia de ser, o la indagación de Sí Mismo, es decir averiguar quién soy en esencia, en lo más profundo de la realidad de ser.

Dado que la ontología básica, como hilo conductor de la Tradición espiritual, señala que Ser es “no dos” -no tanto como una unidad, sino como no diferenciación- la verificación de ello solo puede darse en este sentido cuando no hay diferencias entre yo y lo otro. Así, solo lo que soy está presente y sin nada a qué aferrarse en esta evidencia. Si aparece cualquier concepto, es indicador de dualidad: yo y mi idea. Por eso es que la realización o auto-evidencia de la realidad no dual de ser, sólo es verificable por uno mismo, ya que en ello no hay sino Si mismo y nada más. Y esta es la razón por la que no puede ser compartido conceptualmente en forma veraz, a menos que entre ambas personas que comparten, la evidencia sea vivenciada y además manejen el mismo lenguaje. Por otro lado, puede bastar una mirada de ojo a ojo, de alma a alma, sin necesidad de palabra alguna, y en ello, una y otra se reconocen, como espejos enfrentados, e incluso se reverencian, como el mismo y único Ser. De ahí la expresión: Namasté.

Maria Luisa

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